El 30 de octubre de 2011, el delantero español tuvo una tarde de ensueño, al comandar la victoria del Puebla por 3-2 sobre el América.
A lo largo de la historia, han sido pocos los jugadores europeos, que bajo los colores de algún equipo de la Liga MX, han logrado tener la ovación del mítico Estadio Azteca.
Uno de los últimos que consiguió hacerlo fue el español Luis García, quien en el Apertura 2011 comandó al Puebla para humillar al América en el propio Coloso de Santa Ursula.
Aquella calurosa tarde del 30 de octubre de 2011, García Sanz no se intimidó ante el majestuoso escenario y tuvo la personalidad para cargar con la Franja y dar vuelta a un marcador adverso.
Tan sólo un par de minutos después del silbatazo inicial, una joven promesa de la cantera de Coapa llamada Raúl Jiménez había puesto adelante al América, pero lo mejor del español estaba por llegar.
Con el 14 en la espalda y el gafete de capitán en el brazo, Luis García comenzó a derrochar su clase en la cancha del Estadio Azteca y al 41′ se hizo presente en el marcador gracias a una asistencia de Lucas Silva.
Poco antes de que concluyera el primer tiempo, Duvier Riascos decretó la voltereta en favor del Puebla y puso el 2-1, al batir a Armando Navarrete.
El complemento fue total para el Puebla, que con aquella mítica camiseta blanca con la franja en azul, dejó claro que esa era su tarde y que Luis García era su gran comandante.
El canterano del Barcelona puso el 3-1 al 81′, sin embargo, Matías Vuoso firmó el 3-2 definitivo al 87.
De esta manera, Luis García dejó claro que no sólo había venido a México a vacacionar, pues su clase era suficiente para brillar en una liga que recibe con los brazos abiertos a figuras de esa talla.